miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Profesión o corazón?




La fotografía elegida apareció el día 5 de diciembre de 2012 en la sección de Sociedad del diario El País. Fue tomada en el metro Nueva York por el fotógrafo freelance Umar Abbasi y publicada originalmente en el periódico norteamericano The New York Post.
Mientras esperaba en el andén, Abbasi fue testigo de cómo Naeem Davis empujó presuntamente a Ki-Suck Han después de una acalorada disputa. Según el agresor, Ki-Suck Han le empujó primero y sacó algo que a Davis le pareció un cuchillo, por lo que le arrojó a las vías del metro y vio cómo el ciudadano asiático fallecía tras ser atropellado por el tren.

La imagen está encabezada por el titular "Polémica por la foto de un hombre arrollado en el metro de Nueva York" y el pie de la misma hace referencia a su publicación en el diario neoyorquino.
Se trata de una foto con carácter dinámico porque expresa el movimiento del tren llegando al andén y tomada de forma espontánea. Se entiende que el fotógrafo no estaba en el lugar con el objetivo de cubrir los hechos, sino que los encontró casualmente e inmortalizó el momento.
La composición es horizontal y puede dividirse en dos partes. Por un lado, la masa de gente en el andén observando la situación y haciéndole señas al conductor para que frenara y el convoy acercándose incapaz de moderar la velocidad y, por otro, el hombre que intenta subir mientras ve que el metro está ya demasiado cerca.
Es una fotografía, en su mayoría, oscura pero con puntos de luz destacados. El que llama más la atención es el que se refiere a los faros del tren, y el segundo el que procede del flash de la cámara apuntando a la víctima.
Además, transmite sentimientos de pánico y angustia al ver que el hombre no va a poder hacer nada por salvar su vida; y de rabia e impotencia ante la pasividad de la gente. 
Por último, se trata de una foto con carácter informativo, no es artístico, sino que informa de lo que está ocurriendo.

La controversia de esta imagen no se refiere tanto al hecho de que un hombre muera atropellado en el metro, algo que puede ocurrir con frecuencia, sino al debate que suscitó que ninguno de los testigos que esperaban en el andén -aunque trataran de evitar la tragedia mediante señas- socorriera a Ki-Suck Han, incluído el autor de la imagen, que decidió tomar una foto del momento.
El colaborador de The New York Post, aseguró que dejó el material al periódico, encargado de decidir que la imagen se publicara. La imagen de este hombre despertó gran indignación en Estados Unidos, tanto por su publicación en la portada del tabloide como por el hecho de que nadie le ayudara a ascender al andén. Aunque aseguró que trató de alertar al conductor con el flash, admitió que le pagaron por la imagen. "Cada vez que cierro los ojos veo cómo muere, no me importa la foto", lamentó Abbasi. Sin embargo, su elección pudo ser decisiva para que el fallecido se pudiera salvar o no.
Así, entraríamos en el debate de la ética periodística. ¿Dónde esta el límite entre lo profesional y lo moral? ¿Debería el fotógrafo haber ayudado al hombre en lugar de intentar obtener una foto impactante?
Algunos periodistas y fotoperiodistas opinaron sobre el asunto. Como recogía el diario La Vanguardia, Stephen Mayes, director de fotografía en el New York Times Magazine, afirmó en The Daily Beast que, ante casos similares, él tiene una regla de oro: “Ponte en la posición del sujeto y preguntate: ¿Hay alguna razón para publicar la foto que trascienda al daño a la privacidad que podría causar?”. Por otro lado, Steve McCurry, autor de la icónica fotografía The Afgan Girl para National Geographic, advirtió en la BBC: “Estas cosas pasan de repente. Hay toda esa emoción y la multitud y el ruido. Estamos hablando de reflejos. Estás en piloto automático”. Mucho menos comprensivo se mostró David Carr en The New York Times: “La portada del Post encarna perfectamente todo lo que la gente odia y sospecha sobre el negocio de los medios de comunicación: no sólo son periodistas espectadores, eunucos morales y éticos que no intervienen cuando el peligro o el mal se presenta, sino que tal vez secretamente estén esperando su culminación”.

En conclusión, creemos que informar a la sociedad es una tarea necesaria y muy importante pero, en determinados momentos, no debería existir duda alguna entre ayudar a una persona o hacerse con una buena fotografía, como en este caso.













No hay comentarios:

Publicar un comentario